jueves, 30 de enero de 2014

Regreso

Bien, señores, he vuelto. Antes que nada quiero pedir perdón por haber estado tanto tiempo ausente, por haber abandonado tanto éste blog, pero últimamente han pasado muchísimas cosas, de las que me gustaría hablar en esta primera entrada desde hace meses.

Para empezar, puedo decir que he tenido una relación que podría llamarse seria en mi vida, y disfruto recordando cada momento de la misma. Duró solamente 26 días, pero es la mejor que he tenido en mi vida. Y lo mejor de todo es que los dos seguimos siendo igual de amigos que lo éramos antes, aunque hablemos menos, cada vez que lo hacemos, hablamos bien. Ella tiene otra pareja, y parece ser que no está muy a gusto en ella, pero no soy quien para meterme donde no me llaman.

Lo siguiente que ha pasado es algo más complicado de contar, pero digamos que el hecho de que sea tan enamoradizo me ha estado jugando muy malas pasadas. Todo ésto no lo contaré en esta entrada, porque son cosas secundarias, pero puede que con el tiempo vaya diciéndolo. Por el momento diré sólo lo que me ha mantenido tan ocupado, lo que más me ha jodido.

Antes de que acabara el 2013, declaré mis sentimientos a la que consideraba mi mejor amiga, mi hermana, con el único propósito de no tener que ocultar más nada, de mejorar la relación y de que tuviera en cuenta esos sentimientos, al menos hasta que se me pasara la tontería. ¿Y ella qué hizo? Alejarse, pero de la manera más cruel que puede haber. Primero me bloqueó del WhatsApp, y cuando le pregunté que por qué lo hacía, me soltó cada burrada y cada gilipollez que acabé bloqueándola yo del resto de mis redes sociales. Y no sólo quedó ahí, sino que la muy **** se dedicó a decirle a uno de mis mejores amigos que si quería hablar con ella, que la llamara... ¡Los cojones! Ya no pienso ser yo el que se arrastre por ella ni una vez más. Tres oportunidades ha tenido, las tres las ha echado a la mierda, pues que le den. Y si algún día es ella la que viene arrastrándose a mí, dudo mucho que pueda perdonarla, porque nada en mi vida me ha dolido tanto como ésto.

Luego están los problemas con mi madre... Siempre que se cabrea con mi hermana pequeña, la paga conmigo, no mereciéndome yo nada, pero bueno... No es algo de lo que me queje demasiado, porque al menos las cosas han ido mejorando un poco.

Otra cosa que está pasando ahora mismo es que un colega que se había apartado del grupo por los estudios ha vuelto, y al señor Forelli le ha sentado como una patada en el culo, ya que es alguien muy noble que defiende a sus amigos a muerte, y ese pive me había hablado de maneras que no debía haber empleado. Aunque me pidió perdón por ello, y digamos que las cosas se han solucionado entre él y yo, a Forelli le sigue cayendo mal su forma de ser, cosa que entiendo, por lo cual, no me voy a meter mucho más en el tema. Ya he comentado a quienes debía comentar lo que creo que deberían hacer, y espero que tengan mi consejo en cuenta.

Y bueno... Poco más queda que decir sobre mi ausencia desproporcionada, excepto de que quizás el hecho de que tenga un portátil al fin, me haya quitado vida social por un tubo, pero bueno, trataré de aunque sea hacer una entrada diaria, o como mínimo semanal, a partir de ahora.

¡Ah! Y también queda pendiente hacer esa sección que más allá propuse que, como mi gran amigo Forelli me propuso, llamaré "La Tertulia de mi Alma", donde cada uno podrá dar un tema sobre el que podamos debatir cada semana mediante los comentarios, o quizás hasta un chat, creo que debería pedir ayuda a varios amigos blogger, a ver qué me recomiendan.

Bueno, dicho todo esto... ¡Hasta la próxima, señores!